Dulce voz. Por Paola Troz
Siempre en el momento indicado, hablando de tantas formas diferentes.
Su voz...
suave, asertiva y maravillosamente dulce.
Destruyendo TODO obstáculo y logrando que el frío más cruel se desvanezca de inmediato.
Poderosa y dulce.
Imposible no postrar el corazón,
imposible no postrar el alma y llorar al escucharla…
Dulce voz.
SU voz …
SU voz …
La voz de del Padre.
La voz del Hijo.
La Voz del Espíritu Santo!
Derrumba mis murallas y me recuerda cuan vulnerable soy. Desciende del cielo para escribir y sellar en el corazón las palabras de amor que nos recuerdan Quien Es EL y Cuán Poderoso Es.
Una dulce forma de abrazarnos y brindarnos su amor es a través de SU Voz, Su dulce voz.
Calma mares en medio de la tormenta y en medio de tempestades, sana vidas, limpia, restaura corazones desfallecidos y nos desafía incansablemente para tomar lo mejor desde lo más profundo de nuestro ser.
Confronta, rescata, resuelve y exhorta para llenar al alma con una sola palabra pronunciada…
una sola palabra basta…
No le basta una sola palabra a mi alma.
La intervención de Dios ante nuestro llamado, ante nuestra oración, o ante nuestra súplica, se deja oír.
El secreto para escucharlo es rendir el corazón, bajar nuestras defensas y estar dispuesto a escuchar.
Porque El siempre está atento a nuestro clamor.
Tiene tanto por contar...
Habrá momentos en los que clamemos y sintamos un gran silencio de SU parte, ese será el momento de esperar y confiar.
Entre los vientos recios, los terremotos, y los fuegos de nuestras circunstancias solo recordemos... deberemos esperar...
El se mostrará tal y como lo hizo ante Elías.
En un suave sonido, en ese dulce murmullo.... podremos escucharle.
( 1 Reyes 19 :11)
Nos permitirá sentir Su aliento tan de cerca, de una forma tan real para brindar SU pronta respuesta, Su pronto consuelo y el camino por el cual debamos continuar.
Sigamos esperándola con pasión a diario,
Su Voz,
Su Dulce Voz.
Sigamos esperándola con pasión a diario,
Su Voz,
Su Dulce Voz.
“Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: Este es el camino: síguelo.”
Isaías 30: 21.
Mi oración por ti hoy:
Que el deseo de escuchar el sonido de Su voz, te permita buscar más de Su presencia cada día, y que puedas percibir como un viento a tus espaldas su Vos, Su dulce voz.
En el nombre de Jesús. Amén.
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