Mujer de aceite. Por Paola Troz
En este tiempo he sido inquietada por parte de Dios para comenzar algo nuevo.
Algo así como una aventura de esas que a Dios le gusta mucho
iniciar con nuestras vidas solo para acercarnos a los propósitos celestiales que Él tiene pensados para sus hijos.
Mi pregunta fué directa:
-¿ Padre cómo quieres que inicie si no tengo nada?
Su respuesta, Clara,
concisa y directa:
-Como la mujer del
aceite.
Corrí con mi gran respuesta hasta la Biblia para leer
detalle por detalle cada versículo de esa historia que nunca antes cobró en mi
vida tanto sentido.
(2 Reyes 4: 1-9)
La viuda del aceite se acerca hasta la persona correcta del
momento, al profeta Eliseo para pedirle su consejo. Eliseo le pregunta - ¿Qué tienes en casa? Y ella
le responde que no tiene nada, excepto
un poco de aceite. (2 Reyes 4:2 )
En medio de su preocupación la viuda recibe una respuesta inesperada pero ella no cuestiona, solo obedece y ejecuta de inmediato.
Ella creyó y buscó junto con sus hijos todas las vasijas posibles para llenarlas de ese “poco” de aceite que tenía en su hogar.
Pidió la ayuda a quienes debía pedirla y esa ayuda automáticamente activó el milagro de Dios en su vida.
Volvió a su casa y cerró la puerta como Eliseo se lo indicó.
Ese “poco” se convirtió en la fuente inagotable del milagro
de provisión para su vida y su familia; y terminó llenando todas y cada una de las
vasijas que ellos consiguieron.
El milagro de Dios no se acabó, continuó fluyendo. Las que si se acabaron
fueron las vasijas, porque la historia
cuenta que no alcanzaron.
Los límites los ponemos los humanos, no el cielo porque las fuentes de Nuestro Padre Celestial son inagotables.
Sus milagros interminables.
De ese poco Dios hace todo!
De una manera única y maravillosa Dios usó esta bella
historia para mostrarme todas las herramientas
con las que ha equipado mi vida a lo largo de los años, herramientas que Él mismo ha desarrollado en mi vida.
Herramientas que mientras he estado en mi hogar, han
florecido mientras yo las resguardaba en baja estima. Dios me mostró el valor inigualable que tengo para él y que
nunca habría falta de ningún bien en mi hogar ni en mi vida.Eliseo le indicó claramente a la mujer que volviera a su hogar y cerrara la puerta…
Al cerrar la puerta podemos entrar en momentos a solas con Dios en oración, momentos en los que buscamos sedientos su Presencia y nuestra fe florece y crece porque estamos cerca del Perfecto Hacedor de Milagros.
La Fe… maravilloso arbusto que debe ser podado en nuestras
vidas constantemente para que tome más fuerza y florezca mucho más.
Lo cierto es que de la nada de nuestra vida, Dios puede un
todo.
Aún creyendo que no tienes nada para iniciar, deja que Tu
Padre te muestre la vasija de tu vida con ese "poco" , para que él pueda verter en ella sus
milagros maravillosos, milagros inagotables y que traerán provisión y
abundancia hasta donde estés.
Porque toda simiente plantada en Su palabra prospera, y la
intervención de Dios siempre trae Su respaldo incorporado.
No limites tus vasijas y así Su fuente no se agotará.
Cree, obedece y Ora.
Ejecuta y verás la Gloria de Dios respaldando tu vida y
trayendo crecimiento y provisión para los tuyos.
Encuentra todo el potencial que Dios ha depositado en tu
vida porque eres su hijo amado y valorado.
¡Dios nunca verá tus límites y solo querrá bendecirte en cada
problema que enfrentes o en cada sueño que tengas; y cuando nos llame a ejecutar, solo obedezcamos y seamos
testigos en lo íntimo del poder de sus milagros!
En su promesa siempre encontraremos la certeza de la protección absoluta que nos recuerda que nada nos faltará, y en este caso y en esta historia nos lo recuerda con el aceite que nunca se va a agotar.
"Los leoncillos se
debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta.”
Salmo 34:10
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