Alimento al alcance. Por Paola Troz
Estaba observando caballos en una hermosa finca en la que me encontraba.
Se acercó el atardecer y me aparté de los juegos familiares para disfrutar de lo que sabía sería un maravilloso tiempo a solas…
A solas con Mi Padre Celestial.
El sol comenzaba a caer y los caballos pastaban
tranquilamente, así que me acerqué lentamente a ellos para no distraerlos y poder verlos mejor.
La tierra les proporcionaba todo lo que necesitaban para saciar su necesidad básica.
Alimento diario, alimento al alcance.
Esa tierra, maravilloso regalo que Dios nos proporcionó
desde el inicio de la creación. Los animales del campo parecen darle un buen uso a esta gran bendición y dependen de ella
para subsistir.
Dios les provee diariamente.
Sin darme cuenta y
mientras pensaba en esto, una de los caballos se acercó hasta donde yo estaba
sentada y tocó mi espalda con su hocico
como pidiendo mi atención y un poco de cariño.
La verdad su gran tamaño me sorprendió, pero me hizo gracia
su comportamiento y mucho más fascinante sus hermosos colores pintones y bello
cabello blanco.
Lentamente me puse en pie y
comencé a acariciarlo. Sus grandes ojos me veían y comencé a relajarme y
a disfrutar de mi nuevo social amigo.
Volví a sentarme y el caballo siguió pastando junto a mí. Nos hicimos compañía.
Al verlo pastar tan cerca ,pensé en el alimento que necesita mi espíritu para
sobrevivir y El Señor me mostraba en ese
hermoso atardecer que también se encontraba fácilmente al
alcance de mi mano.
Al alcance aún cuando no supiera dónde y cómo
encontrarlo , El
podría llegar hasta donde yo estuviera y
sorprenderme tocando mi espalda…
“Estoy al alcance de todo corazón hambriento.
Al alcance del corazón cansado y del corazón que clama en su interior
por la ayuda de Su creador”
Esta hermosa frase saltó como una respuesta, acompañada de un salmo que de inmediato comenzó a vibrar en mi espíritu…
“ Desde mi angustia clamé al Señor y él me respondió dándome libertad”
Salmo 118:5
Era La palabra de Dios en su forma más pura, directamente
brindada por Su Espíritu Santo.
Ese alimento que está a nuestro alcance en cada frase y en
cada palabra… alimento que enriquece y añade respuestas cuando no tenemos
dirección y cuando no sabemos adónde ir o qué hacer.
Alimento con vida, alimento que aconseja nuestro espíritu.
Siempre cerca… siempre al alcance. Siempre Libertador!
Nutriéndonos.
A lo largo de todo el Salmo119, David expresa su gran reverencia hacia los estatutos de Dios y el poder de Su palabra…
“Ábreme los ojos para que contemple las maravillas de tu ley”
salmo 119:18
Necesitamos abrir nuestros ojos para ver más allá, porque
más que leer y entender Su Palabra, es dejarnos guiar por ella en momentos claves, y aplicarla en el diario vivir; contemplándola en nuestro crecimiento personal al permitirle revelarse a nuestras vidas en todo
su esplendor.
Ese alimento proporcionado desde el mismo cielo nutre nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro
espíritu. Por eso no lo cambio por nada...
Está ahí al alcance! Y una vez
que el Señor abre nuestro entendimiento, y comprendemos cómo digerirla, nuestro corazón comenzará a latir de
nuevo de una manera diferente, porque estará alineado directamente con el
corazón del Padre proveedor de toda necesidad de nuestras vidas.
Aprenderemos a amarla!
A amar Su Palabra.
Y al encontrarnos cara a cara con ese amor podremos aprender a aplicarla de la manera que Dios quiere que lo hagamos , en nuestro diario vivir.
Como Padre amoroso y cuidadoso que es, nos mostrará el
camino para llegar hasta El, y en caso de que nos extraviemos en ese camino, traerá cuando
menos esperemos, su abrazo y tocará nuestro hombro sorpresivamente para
recordarnos el poder de Su palabra y de su infinito amor.
“Enséñame Señor a seguir tus decretos, y los cumpliré hasta
el fin. Dame entendimiento para seguir tu ley y la cumpliré de todo corazón”
Salmo 119:33
Comentarios
Publicar un comentario