La mochila y el desprendimiento. Por Paola Troz.
Cada viaje y temporada que se enfrenta es un reto.
Cada decisión y lugar donde el Señor nos envía, un tiempo para preparar el Espíritu y el corazón.
Salir de la zona de comodidad nunca es fácil y menos cuando hay mucho en riego, como quitarse los miedos y casi que olvidarse de todo lo que podemos llamar vida cotidiana.
Ese día tomé mi mochila y puse en ella solo lo necesario con tal de que no me pesara más de la cuenta, pues iba a tener que cargarla adonde ni tenía idea y la verdad es que nadie me iba a ayudar.
Salir de la zona de comodidad nunca es fácil y menos cuando hay mucho en riego, como quitarse los miedos y casi que olvidarse de todo lo que podemos llamar vida cotidiana.
Ese día tomé mi mochila y puse en ella solo lo necesario con tal de que no me pesara más de la cuenta, pues iba a tener que cargarla adonde ni tenía idea y la verdad es que nadie me iba a ayudar.
Por eso traté de preveer con todas mis fuerzas para viajar liviana y solamente con lo necesario.
Nunca es fácil dar pasos fuera de nuestra alcanzada zona de comodidad, sin embargo una vez sentada en el bus que me llevaría a un nuevo destino por descubrir a compartir la Palabra de Dios, veía la belleza de esas nuevas montañas que nunca antes conocí y entendía en una nueva forma la importancia del desprendimiento.
Mientras el bus subía esas montañas, las nubes descendían literalmente y empezaban a filtrarse por todas sus ventanas. Yo las veía y las podía sentir rozándome suavemente la cara y pensaba en todos los beneficios que tiene la altura pues era como que el cielo mismo bajara y me abrazara sentada desde un bus.
Todo es parte de ese paquete de superación espiritual personal con el que llego a comprender que necesito ser equipada para mi llamado y avanzar cuando la voz del MÁS amado requiere que suba nuevos montes para nuevos destinos.
Al dar el primer paso, automáticamente se activa una nueva valentía en la venas de tu espíritu para en firme y sin titubear logrés conquistar más profundo.
Fueron las palabras que Dios dio a través del profeta Hageo para recordarle al Gobernador de Judá, Zorobabel, sobre la importancia de la Presencia de Dios cuando muchos estaban cansados de no ver la bendición del Señor en sus vidas pues su corazón estaba apartado de los caminos y la voluntad del Señor. ¡Él les dijo que reflexionaran de su proceder y volvieran!
Requeriría un esfuerzo de su parte con buena disposición y voluntad para encontrarse con la bendición anhelada, la de Dios.
El hecho de subir a cortar la madera, implicaba una determinación que debía nacer desde lo más profundo del corazón del pueblo, pues esa madera sería para construir un altar adonde pudiera habitar la presencia de Dios.
Cortar madera no es fácil. Construir tampoco, pero la voluntad de honrar a Dios y la obediencia que nace de lo profundo del corazón siempre atraerá Su Presencia donde quiera que estés o adonde quiera que te dirijas.
Por razones maravillosas del cielo, cuando sabes que es Dios quien te envía y abre las puertas para que entres a un lugar, entiendes también que serás respaldado como su embajador.
Por eso es tan importante saber que es Él y nadie más quien te envía, pues con su respaldo respiras nueva vida que roza todo tu ser y te da nuevas fuerzas.
Muy parecida la sensación de esas nubes abrazándome mientras subía a una aventura celestial que me esperaba para sorprenderme.
Al llegar al destino, descubrí más que bellas montañas y
nuevos lugares, descubrí nuevas maravillosas sonrisas y corazones con mucha hambre y sed de Dios.
Estando ahí duranta la reunión para la que fui invitada, me sorprendió la cantidad de hermosas mujeres dispuestas a encontrarse con Jesús de una manera muy especial. El Espíritu Santo ministró sus corazones. Sanó, restauró, consoló de una manera sobrenatural y vivificó a muchas que no tenían esperanza ya para continuar.
Ellas adoraron y subimos juntas esa noche a buscar madera para edificar nuestro propio altar. Un altar donde Jesús pueda habitar y permanecer.
La libertad en nuestro espíritu sin duda se extiende cuando somos capaces de desprendernos de todo aquello que en nuestra limitada humanidad nos mantiene cautivos; y solamente Jesús puede enseñarnos eso con la revelación de su Espíritu Santo.
"Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres"
¡Seamos libres al adorar, libres al avanzar! que nada ni nadie te detenga para lo que Dios te quiere dar, porque el precio que pago Jesús por nuestra libertad fue demasiado alto para no vivir con los beneficios que trae esa maravillosa libertad.
Me percaté que al devolverme regresaría con mi mochila más llena que nunca pues vendría repleta de hermosos regalos de Dios con los que me estaba equipando y necesitaba desesperadamente saber que los tenía en mi llamada para servirle correctamente.
¡Me sentía más valiente y fortalecida. Me sentí amada y útil para Dios! No puede haber mejor sensación en el universo!
Sin duda este es un tiempo en que no se trata de quien esté más listo o con mayores capacidades, este es un tiempo en el que Dios usará al que está dispuesto, al que escucha su dirección y quiere honrarle de todo corazón.
De eso se trata, de subir al monte con una mochila llena de desprendimiento total
Y desde arriba Dios te mostrará un horizonte lleno de lugares celestiales aún por conquistar.
"El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera- dice el Señor todopoderoso- . Y en este lugar concederé la paz, afirma el Señor Todopoderoso."
Hageo 2: 9
foto del huffingtonpost.com
Nunca es fácil dar pasos fuera de nuestra alcanzada zona de comodidad, sin embargo una vez sentada en el bus que me llevaría a un nuevo destino por descubrir a compartir la Palabra de Dios, veía la belleza de esas nuevas montañas que nunca antes conocí y entendía en una nueva forma la importancia del desprendimiento.
Mientras el bus subía esas montañas, las nubes descendían literalmente y empezaban a filtrarse por todas sus ventanas. Yo las veía y las podía sentir rozándome suavemente la cara y pensaba en todos los beneficios que tiene la altura pues era como que el cielo mismo bajara y me abrazara sentada desde un bus.
Sin embargo la subida no es fácil. Requiere esfuerzo, sacrificio dedicación y temor reverencial al Señor.
¡Requiere confianza ciega en él!
Había tenido mucha oposición y dificultades previas a ese viaje donde con bastante tiempo habíamos agendado para compartir el mensaje con muchas mujeres de la zona a la que me dirigía. Situaciones que quizá le hubierán bastado a otra persona para decidir cancelarlo unas semanas antes, sin embargo llega un punto en el que nuestra confianza en Dios debe trascender tanto la oposición como las limitaciones del entorno y de nosotros mismos.
¡Requiere confianza ciega en él!
¡Dar ese paso de acción real depende solo de nosotros mismos!
No podemos convertirnos en nuestros propios boicoteadores de las cosas maravillosas que Dios quiere brindarnos, mientras nos pide en el proceso nuestro total voto de confianza que trae consigo un desprendimiento total del miedo.
Lo difícil es tener la osadía para subir al monte cargando esa mochila algo liviana para eso si llenarla de confianza durante el viaje, pues como seres humanos, una de las cosas más difíciles que enfrentamos tiene que ver con el desprendimiento de lo que más amamos. Esas limitaciones mentales o emocionales.
No podemos convertirnos en nuestros propios boicoteadores de las cosas maravillosas que Dios quiere brindarnos, mientras nos pide en el proceso nuestro total voto de confianza que trae consigo un desprendimiento total del miedo.
foto por Konstantin Yolshin en Getty Images
Lo difícil es tener la osadía para subir al monte cargando esa mochila algo liviana para eso si llenarla de confianza durante el viaje, pues como seres humanos, una de las cosas más difíciles que enfrentamos tiene que ver con el desprendimiento de lo que más amamos. Esas limitaciones mentales o emocionales.
Todo es parte de ese paquete de superación espiritual personal con el que llego a comprender que necesito ser equipada para mi llamado y avanzar cuando la voz del MÁS amado requiere que suba nuevos montes para nuevos destinos.
El desprendimiento implica confianza y trae avance.
Implica osadía, de esa que no te permite dar ni un paso atrás y que te lleva a nuevos destinos sin limitarse a lo que llevas en tu mochila.
Al dar el primer paso, automáticamente se activa una nueva valentía en la venas de tu espíritu para en firme y sin titubear logrés conquistar más profundo.
“Vayan ustedes a los montes; traigan madera y reconstruyan mi casa.
Yo veré su reconstrucción con gusto, y manifestaré mi gloria.” Hageo 1:8
Requeriría un esfuerzo de su parte con buena disposición y voluntad para encontrarse con la bendición anhelada, la de Dios.
El hecho de subir a cortar la madera, implicaba una determinación que debía nacer desde lo más profundo del corazón del pueblo, pues esa madera sería para construir un altar adonde pudiera habitar la presencia de Dios.
Cortar madera no es fácil. Construir tampoco, pero la voluntad de honrar a Dios y la obediencia que nace de lo profundo del corazón siempre atraerá Su Presencia donde quiera que estés o adonde quiera que te dirijas.
Por razones maravillosas del cielo, cuando sabes que es Dios quien te envía y abre las puertas para que entres a un lugar, entiendes también que serás respaldado como su embajador.
Por eso es tan importante saber que es Él y nadie más quien te envía, pues con su respaldo respiras nueva vida que roza todo tu ser y te da nuevas fuerzas.
Muy parecida la sensación de esas nubes abrazándome mientras subía a una aventura celestial que me esperaba para sorprenderme.
¡No es por fuerza, ni por poder, es por su Espíritu! Zacarías 4:6
Al llegar al destino, descubrí más que bellas montañas y
nuevos lugares, descubrí nuevas maravillosas sonrisas y corazones con mucha hambre y sed de Dios.
Estando ahí duranta la reunión para la que fui invitada, me sorprendió la cantidad de hermosas mujeres dispuestas a encontrarse con Jesús de una manera muy especial. El Espíritu Santo ministró sus corazones. Sanó, restauró, consoló de una manera sobrenatural y vivificó a muchas que no tenían esperanza ya para continuar.
Ellas adoraron y subimos juntas esa noche a buscar madera para edificar nuestro propio altar. Un altar donde Jesús pueda habitar y permanecer.
La libertad en nuestro espíritu sin duda se extiende cuando somos capaces de desprendernos de todo aquello que en nuestra limitada humanidad nos mantiene cautivos; y solamente Jesús puede enseñarnos eso con la revelación de su Espíritu Santo.
"Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres"
Juan 8:36
Me percaté que al devolverme regresaría con mi mochila más llena que nunca pues vendría repleta de hermosos regalos de Dios con los que me estaba equipando y necesitaba desesperadamente saber que los tenía en mi llamada para servirle correctamente.
¡Osadía, confianza y desprendimiento!
Sin duda este es un tiempo en que no se trata de quien esté más listo o con mayores capacidades, este es un tiempo en el que Dios usará al que está dispuesto, al que escucha su dirección y quiere honrarle de todo corazón.
De eso se trata, de subir al monte con una mochila llena de desprendimiento total
Y desde arriba Dios te mostrará un horizonte lleno de lugares celestiales aún por conquistar.
"El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera- dice el Señor todopoderoso- . Y en este lugar concederé la paz, afirma el Señor Todopoderoso."
foto del huffingtonpost.com
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