La vida en bicicleta. Por Paola Troz
Si tan solo
pudiéramos acercarnos a lo más profundo de nuestro ser que nos hace recordar
lo que se sentía ser niños…
La vida de un niño jamás es complicada, el término stress no existe.
Un niño disfruta a plenitud, ríe en libertad, actúa sin prejuicios y no tiene noción del peligro porque confía plenamente. Sobre todo, lo que más me impresiona de los niños es su valentía y capacidad de perdón.
La vida de un niño jamás es complicada, el término stress no existe.
Un niño disfruta a plenitud, ríe en libertad, actúa sin prejuicios y no tiene noción del peligro porque confía plenamente. Sobre todo, lo que más me impresiona de los niños es su valentía y capacidad de perdón.
Recuerdo que de niña nunca tuve bicicleta porque a mi madre
le daba terror que nos diéramos un mal golpe mis hermanos o yo. Así que apenas
tuve edad para decidir por mi cuenta, aprendí a andar en bicicleta, prestada
por supuesto; aunque no puedo negar que
cuando manejo bicicleta me siento algo insegura. Por eso jamás tomaré una bici, si no estoy en
una “zona segura para ello”…
Veía las fotos de mi sobrina Emma quien recientemente
aprendió a andar en bicicleta y venía a mi corazón una bella tranquilidad por
ella, y por el amplio panorama que le espera de seguridad en su
vida.
Trabajar para Dios a veces
me hace sentir como cuando ando en bicicleta porque debo salir constantemente
de mis favoritas “ zonas de seguridad”.
Para ser sincera,
tengo algunos problemitas con eso… Con salir de lo seguro.
Talvez por mi
personalidad o talvez porque nunca tuve bicicleta…
Talvez porque en el
correr de la vida, pocas veces recuerdo
lo que se siente ser niña.
Doy gracias a Dios por mi hijo, porque a través de él tengo constantes recordatorios de lo que
implica ser niño de nuevo y eso lo trato de aplicar en mi vida espiritual a
diario.
El se convierte en un buen maestro para mi pedaleo espiritual.
Jesús lo dijo: “… Dejad que los niños vengan a mí y no se lo
impidan porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el Reino de
Dios como
un niño, de ninguna manera
entrará en él”. Marcos 10:14-15
Debemos recordar más a menudo ser como niños, reírnos mucho
más, ser genuinos, sinceros, únicos y
por sobre todo perdonar y confiar en Nuestro amado Padre Celestial .
Aprendí que para
andar en bicicleta debo pedalear sin
detenerme para no perder el equilibrio y caer... Oración constante, búsqueda y sed de su palabra a diario para acrecentar mi fe
son mi pedaleo de cada día.
“ Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el
mensaje que se oye es la palabra de Cristo”
Romanos 10 :17
El camino puede verse bastante amplio e intimidante, pero si
mantenemos nuestro corazón como el de un niño, nuestra confianza vendrá
directamente de la mano del Padre Celestial.
Un niño Cree...
Creer honra a Dios.
Solo pedaleando sin detenernos podremos disfrutar del viento
en nuestra cara y de la maravillosa aventura que trae una libertad inigualable!
Parecida a la que sentimos cuando andamos la vida en bicicleta!
Mi amada Emma en bicicleta!!
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