El abrazo Cálido del Padre. Por Paola Troz


Septiembre 2009, año  y mes en particular que sin duda nunca olvidaré.

 Me encontraba en un cuarto frío ese sábado 19 de Septiembre mientras le realizaban el TAC a mi esposo para entender qué le sucedía...

Hacía semanas que no podía caminar por sus propios medios y sus dolores de cabeza eran muy intensos y cada vez más seguidos.

Sabía que algo andaba mal porque en mi hogar toda la dinámica sufrió drásticas alteraciones durante los meses de agosto y setiembre de ese particular año.

Pero ninguna persona en el mundo podría estar preparada para asimilar las palabras que tuve que escuchar aquella tarde de desesperación y angustia...


" Es un tumor en el cerebro... necesitamos intervenirlo de emergencia o lo perdemos"

palabras firmes, crudas  y claras del médico al ver los resultados del examen
palabras que nadie quisiera escuchar jamás.

Un diagnóstico inesperado y  difícil de disfrazar; pero  a pesar de lo duro del momento el médico  con una ternura casi como la de un padre a un hijo intentó explicarme.

Sus palabras calaron tan hondo en mi alma… me lastimaron tanto.

No podía pensar.
No podía soltar en llanto.

 Sentí como si un  tsunami arrasara con toda su fuerza  mi vida entera y pude verme en un lugar desolador sin esperanza , sin color y vacío.


Todo en fracción de segundos...

Segundos que parecían una  eternidad…


El doctor me abrazó cálidamente en aquél episodio inolvidable...y en ese abrazo pude desahogar el terror inmenso que sentía.

Fué ahí, en ese abrazo donde Mi Padre Celestial me recordó quien era yo y Quien iba delante de mí y por mi familia.





"CUANDO PASES POR EL FUEGO, LA LLAMA NO ARDERA EN TI ..." Isaías 43:2


Fue la palabra que Dios me dió al separarme de Edgar en el hospital Calderón Guardia en un pasillo triste y solo  después de prepararlo y separarme de él para su primera intervención quirúrgica y un proceso que parecía incierto y poco esperanzador.

Lloré a solas  con Dios, como pocas veces en mi vida lo he hecho 
todo ese pasillo estuvo desolado en medio de cada lágrima.
Fue como si Dios detuviera el movimiento y las urgencias médicas para dedicarse enteramente a consolar mi desconsolado corazón.

Consolador infinito.

Solo puedo decir tras  varios años después, que al recordar esas  fechas como aguas que pasaron y ahora  con una nueva esperanza y una nueva óptica,  que El Señor  me guardó en la palma de su mano, cuidó de nuestras vidas hasta en los detalles más pequeños, cuido del corazón de mi hijo, me dió nuevas fuerzas cada día para enfrentar batallas devastadoras.

Puso su espada en mi mano; y aún cuando no tenía deseos de pelear batallas,
EL me sostuvo

Me sostuvo al pasar por el fuego. Tal y como me lo prometió.


Hoy  agradezco del alma  cuando al despertarme puedo  ver a  mi esposo a mi lado, dándome los buenos días con una gran sonrisa y lleno de salud. Recuperado al cien por ciento.

Así es Dios con sus promesas, las cumple cuando le creemos y le cedemos todo a Su infinita Soberanía.

El  cumple Sus promesa.


Hoy cuando puedo abrazar a mi esposo y al verlo bien, puedo recordar que el abrazo Cálido del Padre está a mi alcance siempre porque se traslada en cada persona que está ahí.

El doctor estuvo ahí
Edgar mi esposo hoy está aquí
Dios mi Padre Celestial siempre estuvo, está y estará ahí.


Esta foto la tomamos  algunas semanas después de las dos cirugías que enfrentó mi valiente y amado esposo. Ya volvía a crecer de nuevo su pelo y mi sonrisa volvía a brillar.



“Ciertamente olvidarás tus pesares o los recordarás como el agua que pasó. Tu vida será más radiante que el sol de mediodía y la oscuridad será como el amanecer. Vivirás tranquilo, porque hay esperanza; estarás protegido y dormirás confiado.” Job 11:16

¿Cómo no Adorar al Dios que todo lo puede?

Nada es imposible para EL!

¿Cómo no reconocer Sus misericordias que son nuevas cada mañana?

Hoy como familia las vivimos y agradecemos.


Le agradecemos tanto a nuestro  amado Padre Fiel, Siempre Presente, Siempre Dulce, Siempre a nuestro Lado.

Nuestro Padre, nuestro amigo, nuestro DIOS!



Que su abrazo te sostenga cada día, y que su brisa fresca y cálida te de aliento en medio de cualquier circunstancia que estés enfrentando o debas enfrentar.
  

Solo recuerda: tenemos al SER SUPREMO peleando por nosotros, cuidándonos, y permitiendo que nazca en nuestro ser una fuerza que ni aún nosotros mismos sabemos que poseemos por su infinita bondad.

Que regalo perfecto tenemos en EL.
en Su Palabra y en Su Poder!









Nuestro Padre, Nuestro amigo, Nuestro DIOS!!!

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