Limpiando Cajas. Por Paola Troz

Las cajitas siempre me han gustado en exceso, cajitas de madera talladas, con flores, de colores, cuadradas o baúles de todo tipo o tamaño.

Es interesante pero cuanta cajita veo, la compro para decorar; me confieso coleccionadora compulsiva de cajitas o baúles, y por lo general a todas les guardo algo adentro.

Aún no entiendo mi extraña obsesión, pero haciendo una pequeña introspección, la verdad es que tiendo a guardar más cosas de las que en verdad necesito, y por ende tengo más cajitas de las que en realidad debiera tener.

He estado meditando sobre algunos cambios importantes que debo hacer en diferentes áreas de mi vida y con diferentes personas de mi vida, y descubrí que he guardado en mi interior tantas cosas,  que parezco bodega de supermercado mayorista y por alguna razón algo dentro de mi misma se ha sentido como guardado en una caja.

Este tiempo ha sido muy  memorable para mí,  porque he buscado con mucha dedicación espacios para leer la biblia y orar  buscando  la presencia de Dios.

Tiempos para estar  a solas con Dios...

Este tipo de experiencias, sin duda no son de las que puedo guardar en alguna de mis lindas cajas de la casa o en la bodega de mi interior, si no más bien son las experiencias que se deben exponer a viva luz, y que me ayudan  a descubrir cosas de mi misma que han estado guardadas por mucho tiempo.

Creo que cuando Dios inicia la limpieza de la cajita más importante en nuestras vidas,  el corazón,  puede encontrarse casi con cualquier cosa!!
 Incluso cosas que ni siquiera recordamos  que tenemos guardadas:

  Resentimientos , tristezas, o  temores llenos de polvo.
Carencias de todo tipo del pasado o del presente;

Incluso hasta  personas de nuestras vidas que al encontrarlos,están llenos de moho...

No creo que muchas personas  compartan mi interés por las cajitas  y sus diferentes estilos, pero sí creo que muchos de nosotros guardamos más de lo que debemos dentro de nuestro ser.

Cual cajitas...

La valentía... es necesaria para permitirle a Dios hacer Su trabajo... limpiarlas.

 Para sanar, debemos aprender a desprendernos de los tesoros innecesarios y llenos de moho, que se han guardado en ella y nos quitan espacios que solo pueden ser llenos por algo absolutamente necesario para una plena transformación en el alma:

 La presencia de Jesús

Maravillosa  y transformadora Presencia que nos ayuda a soltar  las amarras que nos impiden  respirar en paz...

Su Presencia sí que nos sabe limpiar..

 Tesoro invaluable que brinda plenitud, compañía y amor eterno a diario.

Esa presencia que remplaza

emociones dañinas y enfermizas sin usos útiles en nuestra vida,  porque lo cierto es que dentro de una

caja nada se puede apreciar, todo se llena de polvo... se hecha a perder.

Se trata de desempolvar y  limpiar con perseverancia.

Se trata de permitirle a  El con  Su gracia  reemplazar lo que se ha acumulado por muchos años
 por pensamientos de paz y un nuevo tipo de confianza.

Solo así  El reinará y habitará  en nuestra  alma .

El Padre Celestial.

Que hermoso saber que SU presencia  puede vivir  por siempre  en la cajita más importante de cualquier colección...

una “cajita que late”...

Un corazón.

"Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Tí persevera, porque en Ti ha confiado"

Isaías 26:3