Por un cambio real que trascienda. Por Paola Troz



Iba con mi hijo a sacar unos documentos en el centro de San José. Encontramos un lugar para parquear el carro y nos bajamos. Al hacerlo el muchacho de las boletas se acercó a darme la mía. De repente un hombre ciego se nos acercó de la nada diciendo casi a gritos lo frustrado que estaba porque “ la pastora de una iglesia lo había tratado muy mal” .

De inmediato supe que no era casualidad que yo hubiera parqueado ahí. Justo ahí.

Ese día ese hombre recibió a Jesús en su corazón y en su vida porque más que frustración con la respuesta dura de una iglesia o de un líder, ese hombre tenía necesidad del amor de Cristo y de la esperanza de la salvación.

La iglesia de Cristo fue creada para convertirse en  la respuesta que trajo  esperanza en medio del caos. 
Situaciones de dolor, angustia y soledad que viven miles a diario, en un mundo que parece cada vez más frío y distante a corazones desesperados y muy necesitados de Dios.





Los tiempos han cambiado de una manera importante. 
La sociedad se enfrenta a nuevos y mayores retos, por eso requerimos despertar y accionar  lo antes posible.


Jesús, la cabeza de la iglesia y el modelo a seguir para nosotros sus hijos, abrazaba el dolor de los demás y al tocarlos cambiaba su condición vulnerable.

No permaneció solo en un lugar, siempre iba a los lugares donde nadie más acudiría justo para alcanzar a quienes nadie notaba o a quienes todos habían olvidado. Personas que no se sentían dignos de ser aceptados o valorados por ser quienes eran o por la condición que presentaban.

¿Cómo hubieran podido conocer de Jesús sino por el hecho de que él mismo se les presentara en persona y les presentara el evangelio?

El era el verbo hecho carne! La palabra misma en persona para transformar cualquier caos.


“Me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los presos apertura de cárcel” Isaías 61:1


Nuestra función como hijos de Dios es encontrar una manera de recordarle a la  iglesia de Cristo que es momento de despertar para transformar entornos y vidas completas a través del amor de Dios siendo obedientes a su mandato de amar al prójimo como a nosotros mismos, así como opciones para motivar e inspirar a los líderes de grupos en las iglesias de manera que puedan organizarse y salir de las cuatro paredes de sus congregaciones y accionar su fe.







“Él es quién nos salvó y escogió para su obra santa, no porque lo merecíamos sino porque estaba en su plan”
2 Timoteo 1:9 


Por mucho tiempo muchos han estado muy cómodos aprendiendo y siendo satisfechos con nuevo conocimiento y enseñanzas, pero es momento de salir de la comodidad y compartir de gracia lo que de gracia hemos recibido con tantas personas que lo necesitan desesperadamente.

Usando todos los recursos disponibles y con un corazón sometido a la voz y voluntad de Dios.

Es tiempo de amar y ser la iglesia de Cristo en la sociedad y en  las calles convirtiéndonos en una extensión del reino de Dios en esta tierra; convirtiéndonos en los brazos y pies de Jesús. 

Su cuerpo en acción!

No podemos esperar un cambio trascendental de otros, o de iglesias o ministerios que empiecen en algún momento  a comprender esto, y aunque oramos porque esto suceda no puede limitar a los hijos de Dios a accionar debidamente y ser embajadores de Cristo en medio de nuestra sociedad.

Necesitamos estar apercibidos en los tiempos que estamos y eso lo logramos cuando buscamos la Presencia de Dios y nos alimentamos con Su Palabra.
En 1 Crónicas 12:32 nos habla de los hijos de Isacar, expertos en discernir los tiempos, con conocimiento...

Necesitamos discernir los tiempos con conocimiento hoy.

Es tiempo de restaurar la  imagen de la iglesia de Cristo convirtiéndonos en la iglesia que Jesús soñó para sanar la tierra y los corazones cansados y oprimidos.



“Dios obra a través de personas diferentes en maneras diferentes, pero es el mismo Dios que cumple su propósito a través de todos ellos”
1 CORINTIOS 12:6 

Es tiempo de ser transformados para transformar.


Solo siendo transformados en nuestro interior por el Poder del Espíritu Santo podemos salir a impactar nuestra sociedad como Dios anhela.
Necesitamos sanar nuestras vidas y nuestra relación personal con el Señor. 
Es tiempo de buscar más de Su Presencia y restaurar los muros caídos.


Activar a la iglesia a su propósito inicial 
Activar es accionar!  Es necesario salir de las áreas de comodidad para servir más allá de las paredes de un lugar.
Es involucrar en la obra a  pastores y líderes de todo tipo y rango.

Hacen falta manos en la obra y que los líderes o  pastores dejen a un lado la comodidad del púlpito y recuerden el propósito inicial de la obra de Dios con el ejemplo que Jesús mismo dio.

“Tu actitud debe ser igual a la mía, porque yo, el Mesías, no vine a ser servido sino a servir y a dar mi vida”
MATEO 20:27-28 

3. Recordarle a la Iglesia de Cristo que es tiempo de DESPERTAR!

La comodidad de los congresos, de los conciertos y de seminarios cristianos de todo tipo, nos hace ir de iglesia en iglesia o de evento en evento sin accionar como cuerpo de Cristo, pero salir a abrazar y ayudar nos activa en la Obra. 

Es tiempo de DESPERTAR!
Es tiempo de activar el amor de Dios en nuestra comunidad, en nuestros llamados y en nuestras familias.



“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas”
1 PEDRO 4:10


Nuestras vidas son ese motor que va ser impulsado por el Espíritu Santo de Dios para el cambio real que Jesús quiere usar en este tiempo.  
Un tiempo donde hay hambre, sed, y necesidad de Dios. Seamos usted y yo adonde quiera que estemos ese cambio hoy.


La religión pura y sin mácula delante de nuestro Dios y Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y guardarse sin mancha del mundo”
Santiago 1:27

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