Calidez de una bendición.Por Paola Troz

Siempre pienso en mi abuelo en estas fechas porque se acerca la fecha en la que el cumplía años.

El fue quien con su dulce amor me enseñó a acercarme a Jesús. Su ejemplo fué mi inspiración desde que cumplí 15 años. Fué el mejor legado que pudo haberme dejado.

Mi vida y mi familia  hoy son  respuesta a la oración  que hiciera  mi abuelo y a su obediencia al Señor en algún momento mientras tuvo vida.
 Un versículo que constantemente escuchaba a mi abuelo Nano mencionar...

" Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa." Hechos 16:31

Siempre fue parte de nuestra rutina  el tiempo de la bendición.
Un momento en el que al despedirnos luego de vernos, yo le pedía su bendición.

-"Abuelito:  ¿ me bendices? " le decía.

El ponía su mano cálida, suave  y gordita en mi cabeza para darmela declarando palabras de bendición, protección y amor sobre mi vida.
Antes de partir a su presencia, Dios me dio el regalo de recibir su última bendición, sin embargo algo de mi sintió un gran  vacío y dolor cuando el falleció.

A lo largo de mucho tiempo  luego de su partida,  sentí  como una orfandad espiritual que me hacía añorar muy dentro de mi esa bendición sacerdotal con la autoridad espiritual y con el amor que brotaban de mi abuelo Orlando, el de Jesús.

Pasó el tiempo y más bien mi relación personal con Jesús entró en un nuevo tiempo y una búsqueda y dependencia  más profunda.

Recuerdo que Dios me llevó hasta un ministerio, el de Misión Levitas, donde  se reunían para adorar y  hasta el día de hoy  cada viernes lo hacemos en familia. Recuerdo que el recibimiento de amor al entrar a ese lugar capturó mi corazón, pues al recibirme las primeras palabras que pronunciaron los dueños del hogar fueron:

_ Te Bendigo!

Justo ahí Dios  me permitió acercarme a un tipo de amor que se parecía mucho al de mi abuelo.
Todos en esa hermosa familia reflejaban con sus vidas y sus acciones el amor de Jesús, en comunión,  en famila y en unidad.

El Papá de la familia, don Edwin, es un señor lleno del amor de Dios y con un corazón tan especial.
La primera vez que oró por mi, sentí como un fuego que sanaba mi alma, y quitaba todo sentimiento de orfandad espiritual que pudiera haber en mi . Sentí la autoridad sacerdotal que había en él y entendí que no se trataba exclusivamente de mi abuelo. Se trataba de DIOS y su cuidado específico en un área muy importante en mi vida para sanarla y darle nueva noción y expansión espiritual.

Jesús sanando mi alma...

Se trataba del amor de Dios a través  de las personas.  Los brazos de don Edwin fueron los que Dios usó para abrazarme y bendecirme en esa especial ocasión en medio de un ambiente de adoración donde todos le estabamos dando honra y gloria al Padre Celestial en un mismo espíritu y en comunión.

También Dios me acercó a un hermoso grupo de pastores de otro Ministerio llamado GDA Generación de adoradores, y recuerdo particularmente una hermosa bendición que un hermano, el Pastor Ronald se acercó a darme mientras estábamos en uno de los campamentos. Ese día simbolizó un nuevo tiempo para mi, y para mi servicio a Dios, pues se acercó con un hermoso talit  y me cubrió y habló palabras cálidas de bendición sobre mi vida.
Lo que experimente en ese importante momento fue sobrenatural.

La sensación de resguardo y cobertura , ahora comprendía iba más allá de lugares, personas o ministerios!

Porque la realidad es que la real calidez de esas bendiciones provenía directamente de Jesús mismo! 
De su amor y de Su cobertura!

Jesús mismo brota a partir de nuestro deseo de amar y bendecir a los demás. Por lo tanto es importante comprender que somos instrumentos en sus manos cuando bendecimos y damos del amor genuino que brota de nuestro interior como ríos de agua viva para los corazones sedientos y necesitados de esa cálida bendición.

Las palabras de bendición establecen, marcan rumbo y brindan protección divina en nuestras vidas y en las de nuestros hijos, en nuestras familias ,en nuestros hermanos en Cristo y lo más importante en quienes no le conocen aún.


Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles:
Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz."

Números 6:22


A inicios de este año me enfermé mucho con un virus que se llama hepatitis A, el cual es muy contagioso  y la verdad fue una prueba algo difícil , inesperada y dolorosa para mi.
Durante ese tiempo pude experimentar el amor Paternal de Dios y sus cuidados para conmigo de una manera sobrenatural y directa de su mismísima mano. Como nunca antes lo había percibido.

Casualmente nadie podía acercarse a mi y mucho menos tocarme por lo que fueron días de aislamiento, soledad  y prueba.

Solo Jesús, mi esposo y mi hijo estaban conmigo.

 Aún en medio de esta situación, Dios me mostró su amor extendido y esta vez a través de los brazos de ellos y su amoroso cuidado. Un amor sin temor porque el amor de Dios hecha fuera todo temor.

Una vez más, ese cálido amor provenía de Dios mismo en esas personas especiales, mi familia directa que con su cuidado y amor reflejaban a Jesús. Me bendecían y cuidaban con tanto amor.
Tal y como lo hacía mi abuelo Nano.

Mi esposo y mi hijo, la más cálida bendición que jamás haya experimentado en mi vida.

Pude experimentar una nueva fuerza espiritual brotando de lo más profundo de mi ser como nunca antes y mi sanidad vino más pronto de lo que esperaría cualquier diagnóstico médico.


Una cobertura espiritual que no se puede explicar con palabras  y la calidez de la bendición de Jesús mismo cuidándome en medio de la prueba fue lo que fortaleció mi corazón y mi cuerpo vulnerable.


A pesar de mi dolencia, Su amor , Su bendición y Su protección estuvieron conmigo.

La de Jesús y la fuerza de su Espíritu Santo.
La que siempre ha sido con tantos rostros diferentes y la que siempre será.

Jesús sanando mi cuerpo...


Michael Dudash. The comforter



Sobre todo siempre al buscar su Presencia, pídele al Padre Celestial su bendición cada día porque se complace en hacerlo!

" Mas la oración de los rectos es su gozo" Proverbios 15: 8

Su deleite es bendecirnos.


Y no pierdas la oportundidad de bendecir a los demás
de bendecir a tu familia, a tus padres y hermanos
porque al hacerlo somos extensión del Reino y extensión de los brazos de Jesús mismo en esta tierra, y al hacerlo se sana el alma, el cuerpo y el espíritu.

Tus palabras cálidas de bendición son necesarias en los lugares que menos te imaginas y muchos corazones alrededor estan desesperados por escucharlas y conocer del amor más grande que vive dentro de tu vida, el de Jesuscristo.


Aprovecha y bendice en cada oportunidad que tengas con tus palabras y con tu vida misma al amar a al prójimo porque al hacerlo los mejores frutos los recibimos nosotros mismos para sorprendernos y ser extendidos en él!


No Limits by Michael Dudash




"Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me  guardaras del mal para que no me causara dolor!
 Y Dios le concedió lo que pidió." 1 Crónicas 4:10



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