Saetas. Por Paola Troz
En muchas ocasiones he tenido la bendición de ser tomada en cuenta por Dios para diferentes funciones, adorando o predicando Su palabra, sin embargo, ha habido otras donde he esperado con ansias ser tomada en cuenta para algo en específico o alguna actividad, y no ha sucedido del todo.
He sido casi que excluida o alguna situación sucede que me impide llevar a cabo esa misión.
Cuando esto sucede, me acuerdo de una situación que viví de niña.
Siempre me gustó correr y recuerdo que con unos 8 o 9 años había un festival de deportes donde
yo participé. Era una competencia de atletismo y había que correr representando a nuestra escuela. Estaba esperando en la línea de salida cual punta de lanza con mi uniforme lista para escuchar la señal y poder salir a toda velocidad.
La señal sonó y al arrancar uno de mis tennis se me safó de la nada impidiendo que yo pudiera salir igual que todos los demás.
Recuerdo hasta el día de hoy lo que sentí en ese momento: impotencia, frustración, y una extraña desesperación.
Caminar en fe muchas veces implica morir a lo que más desea nuestro corazón sin importar la capacidad que poseamos o creamos haber desarrollado. Eso realmente no impresiona a Dios.
Francamente esa es la ruta del caminar en Dios por la que todos sin excepción debemos pasar durante nuestro peregrinaje en esta tierra cuando queremos avanzar hacia su propósito divino y conforme a Su voluntad.
Jesús caminó por el desierto antes de iniciar su ministerio en la tierra.
Jesús caminó por el valle de la sombra y de la muerte para luego resucitar!
Jesús caminó por el valle de la sombra y de la muerte para luego resucitar!
Morir a lo que más deseamos, es necesario para que resucite en nosotros lo inesperado y maravilloso de Dios; pues Su plan siempre es mejor que nuestro plan.
Sus pensamientos mucho mejores que nuestros pensamientos.
Al ser fieles en nuestro caminar con Jesús, sabemos que nuestro destino siempre estará garantizado en la calidez y veracidad de sus promesas inquebrantables.
El es fiel SIEMPRE!
“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;” Efesios 4:13
Recuerdo que aun en medio de no entender lo que acontecía siendo tan solo una niña, me detuve a amarrar y acomodarme como pude de nuevo mi zapato y lo amarré tan fuerte!
Con esa misma fuerza me levante y no me importó ganar la competencia pero si terminarla.
No llegué de primera pero con la cabeza en alto terminé mi carrera y algo en mi carácter floreció a muy corta edad.
¡Fuimos creados para adorarle en todo momento! No solo cuando nos complace y nos responde a lo que deseamos.
Fuimos creados para la alabanza de Su Gloria!! y adoramos Su soberanía siempre!
Tiene que llegar ese momento en el servicio y caminar con Dios en el que comprendemos que como hijos somos saetas en su aljaba.
Nuestra misión es estar siempre preparados para cuando nuestro amado Padre Celestial, fuerte y grande en Batalla decide usarnos.
Somos Corazones de saeta listos en su aljaba para cuando el Rey desee lanzarnos!
"Ha hecho mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me ha escondido; me ha hecho también como saeta escogida, en su aljaba me ha escondido”
Isaías 49:2
Habrá momentos de abrir nuestra boca y que El Señor la use como espada afilada, pero también habrá momentos en los que estaremos guardados en su aljaba y otra saeta en las manos del Señor será utilizada; Sin embargo cada paso de fe que damos se encarga de abrir el camino para llevaros al lugar de propósito divino que Dios ha diseñado para nuestras vidas, lo importante es que tengamos claro que en todo momento nos cubre con la sombra de su mano!
Nuestra fe necesita extenderse y nuestro propósito en Cristo también para un tiempo como este.
Donde el Señor nos necesite, ahí vamos a estar porque El mismo se encargará de lanzarnos y su puntería es PERFECTA no falla.
Tan solo debemos avanzar en los momentos de avanzar sin importar lo que suceda y esperar en los momentos de esperar porque en todos los detalles nuestro Padre Celestial está en control cuidando nuestras vidas, nuestro llamado en él y nuestro propósito.
Si hoy estás en su aljaba en espera procura estar atento, porque en cualquier momento nuestro Rabí nos puede requerir, y si estás en sus manos listo para ser lanzado, disfruta de Su impulso celestial y llega hasta cumplir el objetivo.
¡Si viene de Su mano, no fallará y tirará justo al blanco!
Somos saetas, saetas en Sus manos.
eso si, revisa que los cordones de tus tennis estén bien amarrados!
"porque por fe andamos, no por vista" 2 Corinitios 5:7
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