Procesos en Sandalias. Por Paola Troz



Entender nuestra identidad en Cristo como hijos, nos permite asimilar  cualquier proceso duro que debamos enfrentar durante nuestro peregrinaje por esta vida, y nos ayuda a reconocer cuáles son las herramientas con las que Dios nos equipa en medio de la prueba.
Su Palabra, adoración, oración, la armadura de guerreros y porqué no sandalias adecuadas...

Como hijos de Dios debemos entender que en el mundo tendremos aflicción, pero de igual forma Jesús mismo nos recordó que podríamos estar tranquilos porque él ya había vencido al mundo.

Por esta razón cuando se trata de momentos difíciles es importante  recordar que en Cristo estamos más que equipados para afrontar las zonas más secas, rocosas o desérticas.





Jesús  mismo afrontó esas zonas en carne propia al estar 40 días en el desierto y vencer por cada uno de nosotros para que tengamos la certeza de que al pasar por esa ruta, hay una salida llena de  esperanza viva.
La aflicción puede ser parte en diferentes momentos de  la vida pero no debemos aceptarla como nuestra forma de vivir porque nuestra vida misma es Jesús...


 “ Yo soy camino, verdad y vida”.


Palabras salidas de su boca como un
soplo de vida para darnos esperanza y confianza.
Palabras que nos alientan para avanzar...


Sus sandalias soportaron el desierto y cada una de las tentaciones que enfrentó en ese lugar donde físicamente es imposible sostenerse en las condiciones que él se sostuvo, pero donde espiritualmente se volvió invencible!


Un lugar de preparación para salir con la autoridad del Espíritu Santo a conquistar.

Jesús,
Camino que te lleva a la salida en medio del desierto.
Verdad que te sostiene en medio de la prueba y el dolor.
Vida que da vida con su soplo a nuestro espíritu!


Con Jesús mismo de nuestro lado, no hay duda alguna de que el cielo mismo nos calza y equipa adecuadamente para atravesar cualquier zona peligrosa en esta vida.

El calzado correcto para nuestro espíritu inicia con amar Su palabra y con amar al verbo hecho carne.


Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. Salmo 119:105

Amar la palabra de Dios, es el primer paso para que pueda manifestarse el amor de Jesús en nuestras vidas. Una parte del calzado.


"... el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió.”
1 Juan 2:5

Sabemos que cuando el pueblo de Israel cruzó el desierto, enfrentaron diferentes pruebas; y los milagros de Dios fueron más que sorprendentes para hacerles saber y entender que estaba con ellos y a favor de ellos.
Pero aun  habiendo recibido de Dios los mandatos más importantes, muchos de los israelitas  murieron pues sus corazones no abrazaron con reverencia La Palabra de Dios y a raíz de esto, debieron permanecer 40 años en el desierto.


Su actitud prolongó su estadía en el desierto. Pero la Promesa de Dios permaneció y se cumplió!

Nuestra actitud marcará la diferencia absoluta al pasar por los desiertos para alcanzar la promesa que sale directamente de la boca de Dios.
Si nos concentramos  en las promesas que Dios ha hablado sobre nuestras vidas , avanzamos con prontitud  hacia  ese destino divino!


Ese lugar único que Él ha preparado con el  nombre de cada uno de sus hijos.

Al entender la fuerza , el poder y la veracidad de las palabras de Dios, nuestro corazón aprende a agradecerle en todo momento!

Agradecer es el segundo paso que fortalece nuestro avance! La otra parte del calzado.

Sin  importar el punto del desierto en el  que alguien se encuentre , debe entrenar su  corazón para agradecerle al Padre por todo lo que esté viviendo.

Cuando agradecemos por las cosas que no vemos,  nuestra fe se ensancha, y esa fe el Señor la toma por justicia a favor de nuestra vida!


Agradecer ejercita nuestra fe y provoca que  la justicia de Dios cobre vida a favor nuestro!!






“ Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanzas;
Alabadle, bendecid su nombre.
Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones.” Salmo 100 :4

Una de las cosas que me impacta muchísimo de esta historia de la Biblia donde un pueblo entero cruza el desierto,  es saber que Dios vio  que su proceso se extendería por causa de sus actitudes incorrectas, pero aún así Su fidelidad camino en cada paso a su lado.

Nunca los dejó solos, o por su cuenta.

Las fuerzas y la fe  del pueblo se desgastaron, pero las sandalias que calzaban nunca lo hicieron.  Porque cada uno de sus pasos era resguardado por el mismo Dios durante su proceso por misericordia.


Dios mismo fue quien hizo avanzar sus pies bajo su dirección y guía.
Guía que en medio de la nada y lo desértico, hizo brillar lo sobrenatural del Poder de Dios manifestándose ante sus ojos.


"Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego."
 Éxodo 13:21-22

Jamás les faltó algo de comer pues del cielo mismo descendió alimento para ellos; ni tampoco les faltó abrigo. Sus sandalias soportaron los desiertos. Tenían garantía celestial.

Hoy de igual forma al enfrentar nuestro camino, ya sea fácil o difícil debemos recordar que  es imposible que se nos gaste el calzado al avanzar si el Todopoderoso es quien dirige nuestros pasos y si el ejemplo que seguimos realmente es el de Jesús, con la actitud correcta.

Hoy en medio de las zonas desérticas que atravesemos, tan solo debemos estar preparados para ver la manifestación del poder de nuestro gran Dios a favor nuestro.
El nos calzará, nos equipará, nos alimentará y sobre todo nos guiará para llegar al destino esperado.


Destino trazado por su mano para nosotros como sus hijos.

Hay dos formas de atravesar el desierto, de la manera  dura, tediosa y eterna, como lo hizo el pueblo de Israel durante el Exodo o bien la majestuosa como lo hizo Jesús.







Jesús vino a decirnos al tardar tan solo 40 días en el desierto, que el venció esos obstáculos que a primera instancia pueden parecer imposibles para el hombre en su naturaleza , pues restituyó esos 40 años al tener una victoria  que duró 40 días por el poder del Espíritu Santo!


Siempre la manera de Jesús es la mejor!
Por eso caminemos con el calzado que él caminó y nos heredó!

Tan solo amemos Su palabra, vivamos una vida de gratitud delante del Padre  y cerciorémonos de  que en el proceso nuestras sandalias sean de la clase que solo se produce en un lugar, en el cielo!!

                                  Caminemos y avancemos tan solo con calzado celestial!

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