Desde mi ventana…Por Paola Troz.

Desde el segundo piso del lugar donde vivo, siempre se ha  podido ver un terreno lleno de árboles,  en cada  cuarto hay  ventanas, y desde cada una de ellas, he disfrutado por muchos años  la visita y  el concierto de todo tipo de pájaros a diferentes horas del día.

Pájaros  de todos los colores y tamaños  visitaban mi ventana a diario.
Estos días  ha sucedido algo diferente, ha habido cambios inesperados. Parece  que el terreno fue vendido y comenzaron a limpiarlo, por ende,  estoy siendo testigo de cómo  cortan todos esos árboles hermosos  que desde mi ventana me permitían disfrutar de una vista privilegiada a diario.
Me entristeció tanto... y la verdad es que mientras caían  lágrimas de mis mejillas y  estaba  luchando conmigo misma por mi exceso de  sensibilidad  y le pedía  a Dios que controlara  mis emociones porque al fin y al cabo una nueva familia iba a tener su casa propia en ese lugar.
 Escuchaba como caían las ramas de mis queridos árboles y desde ya extrañaba a mis visitantes de todos los días, pero de un momento a otro,  limpiando mis ojos Pude ver más allá…

Esos mismos  árboles  que cortaban frente a mi, obstaculizaban   unas montañas impactantes y llenas de color. Se veían tan imponentes  a lo lejos y rodeaban todo el entorno.

Quedé muy impresionada porque jamás las hubiera podido disfrutar si no hubiera sido porque cortaron los queridos  árboles que  de alguna forma limitaban mi visión.
Una de mis oraciones frecuentes  le pide a  Dios  ensanchar mi territorio…
 
 Una de mis oraciones frecuentes le pide a Dios que me permita ver más allá, donde Sus ojos pueden ver lo que yo no alcanzo a  ver para mi vida.

Desde mi ventana, me mostró que no solo están los árboles, me mostró que también están sus montañas.

“Su amor”   me susurró que para responder mis oraciones,  primero debía derribar algunos árboles que distraían mi visión y no me permitían expandirme, no me permitían ver más allá.

No puedo negar que me dolió ver caer esos árboles pero aunque algunas cosas duelen más de lo que quisiéramos,  debemos permitirles partir y despedirlas de nuestras vidas  con  agradecimiento, dignidad y aceptación.

Mi perspectiva inmediatamente se moldeó, fue  nutrida y  transformada  por la mano dulce de mi Padre Celestial.

 Ahora veo más allá  y desde mi ventana  disfruto de un nuevas montañas,  nuevos horizontes y  de un territorio que poco a poco se ensancha conforme a mi oración.

  
 
Ensancha el sitio de tu cabaña, y las cortinas de tus tiendas sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y fortifica tus estacas.
 
Isaías 54:2
 
 


Mi oración por ti hoy...
 
“Que Dios pueda derribar los árboles que en tu vida no permiten que se extienda tu visión y que al escucharlos caer puedas despedirte agradecido, y pueda cambiar la perspectiva de lo que Dios quiere mostrarte desde tu ventana  para extender el  territorio en tu vida para Su Gloria.
En el Nombre de Jesús.
Amén.”

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