Cuando los árboles cantan. Por Paola Troz

Mientras corría con el Ipod, tuve algunos problemas con los audífonos, se me resbalaban de los oídos más de lo normal, y estaba incómoda, casi molesta por no haber pasado a la tienda por otros nuevos porque la verdad, los necesitaba.

Correr siempre ha sido  parte de mi rutina semanal y  es un buen momento para estar a solas con Dios, reflexionar y cuidar no solo mi salud sino también mi espíritu. 

Me relajo mucho y busco espacios abiertos  bien lejos de los carros y ruidos excesivos.

Por lo general prefiero correr sola, la música  es mi única compañía y eso porque es parte de mi vida en todos los sentidos, desde siempre lo ha sido.

Me contaba mi mamá que cuando nací permanecí muchos días en el hospital, y el día que finalmente llegué a la casa, apareció un  canario naranja en la puerta. 

Se puede decir que llegué a casa con mascota incluida.

La música de nuevo…

Tal vez  el canario  tenga algo que ver…

En ocasiones mientras voy corriendo, también voy cantando y teniendo conversaciones  con Dios. 

Mas de uno debe decir: “ ahí va la loquita que corre…”

Pero lo cierto es que es  mi tiempo importante a solas con Dios por lo que al estar tan incómoda por culpa de los benditos audífonos, decidí quitármelos  para no interrumpir el entrenamiento.

Al hacerlo, para mi sorpresa,  escuché un repertorio en medio del silencio aún más maravilloso que el que tengo cargado en  el Ipod.

El viento movía con fuerza  los grandes árboles del lugar y al hacerlo producía un sonido exquisito, algo como una orquesta sinfónica natural...

Me deslumbró a tal punto que permanecí inmóvil varios instantes, simplemente escuchando y disfrutando la danza y canto de los árboles.

En ese momento, desistí por completo de los audífonos y no solo porque necesite unos nuevos, sino porque entendí que debía  estar quieta y disfrutar de ese majestuoso repertorio...

 El  del canto de los árboles.
porque cantan!

No había canarios, ni micrófonos, ni cuerdas de instrumentos, solo el silencio de lo majestuoso.

Me detuve de correr por completo y comencé a caminar para disfrutar cada sonido...
y una vez más entendí que la quietud es necesaria, porque  en ella podemos aprender a escuchar más allá.

Si tan solo  prestamos atención, descubrimos toda una Orquesta  Sinfónica rodeando nuestras vidas!

Nuestro Padre Celestial siempre encuentra formas creativas para  comunicarse con nosotros sus hijos, y en el lenguaje que mejor entendemos porque nos conoce mejor que nadie.

El nos formó. 

Y tiene cuidado de cada detalle; por ello estoy segura de que el llevó el canario hasta la puerta de mi hogar.
Como para recordarme en todo momento que Su canto me acompaña adonde quiera que voy.

¿Será que a Dios le gusta cantarnos?

Y si así fuera, me parece asombrosamente creativo utilizar la unión del viento con el árbol para hacerlo, cual   Director de la orquesta de la vida que creó,  a la espera de que  nuestro  limitado espíritu y conciencia nos permita escucharlo.

Luego en quietud mientras estudiaba la Biblia en la casa encontré el salmo 32 y entendí que efectivamente... 

EL NOS CANTA!!  y en su canto hay liberación!

"...Con cánticos de liberación me rodearás. " Salmo 32:7

Cuando los árboles cantan, nos cuentan los sueños de Dios.

Cuando los árboles cantan, tal vez sea  porque Dios quiere entonarnos una canción.

Incluso al ser una pequeña niña y llegar a mi casa por primera vez desde ese hospital,  Dios envió al canario para cantarme... para sanarme.

Deja que Dios te cante, aprende a escucharlo y disfruta del momento de quietud en el que quiere mostrarte todo lo bello que ha creado  para tu vida y todas las hermosas canciones que desea entonarte en su infinito amor!

Dios tiene grandes cosas que quiere contarte mientras te susurra canciones al oído,

permítele que te hable,

permítele que te cante.

 ^"Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo os aplaudirán con las manos."

Isaías 55:12